Lasaña rústica de calabacín y queso de cabra
Crujiente queso de cabra y una cremosa salsa bechamel acompañan a las finas rodajas de calabacín y a un relleno de pollo asado desmenuzado en este plato de inspiración rústica, que recuerda a esas cenas al aire libre con amigos en las noches de verano.
¿Qué mejor que acompañarla con una copa (o dos) de nuestro Blanc d’Enguera?
Las notas de pimienta blanca y nuez moscada de la salsa se complementan a la perfección con los matices de notas a bollería de Blanc d’Enguera tras su paso por barrica durante la fermentación. Un vino fresco, pero con ese toque extra de personalidad que marida a la perfección con la riqueza del queso de cabra gratinado, y la intensidad aromática de los calabacines de temporada.
Todo un platazo para aprovechar las verduras de verano y lo bien que sienta esa copa de Blanc d’Enguera fresquita.
¿Te apuntas? Aquí te dejamos la receta.
Ingredientes
Para la bechamel:
750g leche entera
60g aceite de oliva virgen extra
60g harina blanca
½ cucharada de café de nuez moscada
¼ cucharada de café de pimienta blanca
Sal, al gusto
Para la lasaña:
Un calabacín mediano
Una cebolla grande
2 dientes de ajo
400g pollo asado
100g mozzarella rallada
150g queso de cabra en rulo
½ cucharada de café de romero seco o 3 ramitas de romero fresco
9-10 placas de lasaña
Elaboración
Comenzaremos preparando la bechamel. En una olla de tamaño mediano, calentaremos el aceite durante un minuto, y acto seguido, añadiremos la harina, removiendo constantemente con unas varillas, para que se tueste y no se queme. Este paso debería durar 1 minuto, y la mezcla debería quedar sin grumos.
Acto seguido, añadimos la leche lentamente y removemos con las varillas hasta que ésta quede incorporada. Cocinaremos la bechamel a fuego lento-medio durante unos 10-15 minutos removiendo para que no se queme, hasta que la mezcla comience a hervir.
Añadimos la nuez moscada, la pimienta y la sal y mezclamos para incorporarlas.
Retiramos la mezcla del fuego y dejamos que espese mientras preparamos el resto de la lasaña.
Cortamos el calabacín en dos partes, y de cada parte sacamos unas 8-9 láminas finas. Las podemos cocinar a la plancha o, si nos resulta más sencillo, meterlas al microondas durante 2 minutos para que suelten el agua. Echamos un poco de sal a las rodajas y las retiramos a un lado mientras seguimos preparando el resto de la receta.
Para el pollo, podemos usar cualquier tipo de pollo cocinado que tengamos a mano, y lo cortaremos en trozos pequeños o mechas.
Calentamos un poco de aceite en la sartén y añadimos la cebolla y el ajo picados. Los doraremos durante 4-5 minutos a fuego medio, y acto seguido añadiremos el pollo, el romero y la bechamel para incorporar todos los ingredientes.
Retiramos esta mezcla del fuego y procedemos a montar la lasaña.
Si usamos placas de lasaña que no estén previamente cocidas, será necesario hervirlas primero. También podemos usar placas cocinadas previamente, y en este caso, solo es necesario ponerlas en remojo.
En primer lugar, cubriremos el fondo de la fuente de horno con una fina capa de bechamel y colocamos la primera capa de láminas de calabacín encima. Cubrimos esta parte con placas de lasaña, un poco de mozzarella rallada y una capa de la mezcla de bechamel y pollo. Luego, ponemos otra capa de láminas de calabacín, placas de lasaña, mozzarella rallada, bechamel y pollo otra vez y la mozzarella rallada restante. Cortamos el rulo de queso de cabra en rodajas y las colocamos por encima.
Finalmente, gratinamos la lasaña durante 10 minutos a 200ºC (los tiempos dependen de cada horno, será necesario vigilar la lasaña para que no se queme) y, ¡a disfrutar!